El
periodo helenístico abarca desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) hasta
la invasión de Macedonia por los romanos (148 a.C.). La sustitución de la polis (ciudad-estado) por
el imperio supuso que la cultura griega superase los límites de la nación
griega, provocando la helenización de otras tierras y culturas e
impregnándose también de aspectos
orientales. Además, trajo consigo que el individuo perdiera sus puntos de
referencia, sintiéndose desorientado al no pertenecer ya a una polis definida, y tratara de buscar la
felicidad en sí mismo y no con visión de conjunto.
La
filosofía se aparta de las grandes síntesis de la época clásica para centrarse
en las nuevas cuestiones de carácter político y ético del hombre, convirtiéndose
en “arte de vivir”. Sabio es aquel que mediante el uso de su razón consigue la
vida buena y el equilibrio emocional que le permite sobrellevar felizmente las
distintas circunstancias de su vida.
